Cuenta una leyenda del folclore escandinavo, que hubo un tiempo en el cual estas criaturas, conocidos por su agresividad y su fuerza bruta, visitaban las aldeas robando niños recién nacidos para cambiarlos por sus propios hijos. Así los niños humanos eran criados por familias troll y los niños troll por familias humanas. Aquel intercambio de criaturas se daba únicamente por la admiración que producía entre aquella rara especie, el tener un humano en su familia. Pero al mismo tiempo creaba grandes confusiones entre los humanos...
Sabiendo esto, querido lector, comenzare el relato que llego a mi desde aquellas épocas:
En la antigua aldea de Orkland, un pequeño niño troll intercambiado, llamado Quio, se criaba sin saberlo en una familia que ni siquiera formaba parte de su especie. En su misma calle vivía una niña humana, llamada Brana, a la cual Quio adoraba en secreto...
Resulta ser que al llegar a la adolescencia, Quio se declaro a Brana y comenzaron una relación abalada por sus padres. Ella presentía que Quio no era un simple humano, pero por terror a ser tratada de loca, se esforzó por mantener aquel tema lejos de su mente.
En una de sus tantas discusiones Quio perdió por completo los estribos y su verdadero carácter Troll salio a luz y Brana temió por su vida. Decidió así dar por terminada su unión con Quio alegando que no seria un buen marido. Pero resulta ser que El no estaba dispuesto a perder tan fácil a su objeto de deseo, por lo cual, mientras en la casa de su ex prometida todos dormían, secuestro a la horrorizada Brana, la llevo hacia el bosque y diciéndole que ella seria suya, quisiera o no, la mato y saco de su cuerpo su corazón.
Esta historia puede parecerte demasiado lejana, pero ten cuidado que hoy en día siguen existiendo Trolls que viven entre nosotros, disfrazados de hombres y que cuando algo los descoloca, su verdadera identidad surje dejando victimas por doquier...
Y dime tu, pequeña doncella, ¿Por qué lloras? ¿Te haz cruzado con un Troll?... No... aun peor, me he enamorado de el...
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